La mayoría de las amputaciones programadas de extremidades deben realizarse debido a la enfermedad arterial oclusiva (pAVK). La amputación se lleva a cabo generalmente cuando existen necrosis tisulares extensas, tejido infectado con riesgo de sepsis o cuando se han agotado o no se consideran las medidas quirúrgicas vasculares. La segunda indicación más común es la diabetes mellitus. Las amputaciones debido a lesiones por accidentes son raras en comparación con las dos primeras indicaciones.

Los portadores de prótesis a menudo sufren de puntos de presión y zonas de rozadura en el muñón de la prótesis. Además, no es raro que, debido al cambio en el patrón de marcha, las articulaciones y los tejidos blandos que involucran músculos, tendones y ligamentos sufran sobrecarga o carga inadecuada, lo que con el tiempo puede llevar a dolores.